viernes, 18 de mayo de 2018

9. ARTÍCULO “LA CULTURA ESCOLAR DETERMINA O ES CONSTRUIDA DESDE LA ESCUELA”




Introducción
Al analizar el texto podemos ver que el cambio de la cultura escolar así como del currículo como parte primordial de generar la cultura de la innovación en la educación. Vemos que es un tema de suma complejidad,  ya que cada institución genera sus propios problemas, los cuales de manera conjunta se tienen que tomar en cuenta, ya que los miembros de dicha institución serán los actores dentro del cambio curricular/educativo asumiendo como propio, para que se institucionalice el proceso.
Desarrollo
¿Por qué es importante la cultura escolar para generar cambios en la escuela?
La cultura escolar es importante abordarla dentro de las innovaciones que se implantarán ya que si no se sustituyen calores o creencias que den seguridad en los miembros, la resistencia al cambio será permanente ya que se sentirán más seguros dentro del mismo medio en que se encuentran.
La cultura escolar será fundamental para el éxito o fracaso del cambio curricular. Como podemos ver en el siguiente fragmento de Rudduck:
"Los esfuerzos por introducir cambios han tendido a subestimar el poder de la cultura de la escuela y del aula para adaptar, aceptar y rechazar innovaciones que entran en conflicto con las estructuras y valores dominantes en la cultura escolar. Vemos que mientras es fácil introducir cambios superficiales que no amenacen las estructuras existentes, no es fácil desafiar y cambiar las estructuras profundas de la enseñanza" (Rudduck, 1994: 387)[1].
¿Cuáles son las razones de que la cultura escolar se resista al cambio?
Las razones por las cuales la cultura escolar se resiste al cambio porque es un proceso formativo de repetición y transmisión de generación a generación por medio de la interacción social de los grupos donde se desarrollan los individuos. Como lo menciona Bolívar en el siguiente fragmento:
“La cultura escolar, por el papel/sensación de seguridad/ continuidad que aporta al grupo -frente al flujo generado por los alumnos, cambios administrativos y reformas-, se ha considerado tradicionalmente como conservadora y uno de los principales factores de resistencia al cambio”[2].
¿Cómo se puede generar cambios en la cultura escolar?
Los cambios se pueden generar a partir de la transformación de la identidad de la organización, creando nuevos significados de las experiencias compartidas. Para lo cual se necesitara implementar nuevos valores, creencias o acciones firmemente asentadas, y para posibilitar el éxito hay que reducir la incertidumbre que se genere al ocurrir los cambios.
¿Qué se entiende por reconstrucción cultural del cambio?
Se entiende como el proceso que nos ayudará a la modificación de las funciones, procesos y estructuras culturales en las que se encuentran las instituciones para la generación de dinámicas de cambio. Como lo vemos en el siguiente fragmento de González:
"es el centro -comenta González (1992: 85)- el que tiene que aprender y capacitarse como organización para ir mejorando cotidiana y continuamente. Por ello, los procesos que se desarrollen para provocar cambios han de constituir una fuente de aprendizaje que posibilite ir haciendo las cosas de otro modo, como parte de la vida cotidiana de la escuela"[3]. 
Lo principal será generar una cultura escolar para la reconstrucción y apropiación de la educación.
Conclusión
Para poder generar una mejora escolar será necesario reconstruir las reformas educativas impuestas, a partir de las necesidades de cada escuela según sus prioridades. Así como crear las condiciones internas que apoyen la gestión escolar, encaminada en una estrategia general. Haciendo uso de estrategias centralizadas y descentralizadas, para obtener un resultado más exitoso dentro del proceso de cambio cultural escolar.
Referencias
Bolívar, A. (1996). Cultura escolar y cambio curricular. Bordón, 48 (2), 169-177.



[1] Bolívar, A. (1996). Cultura escolar y cambio curricular. Bordón, 48 (2), 169-177.
[2] Ídem. Pp. 4.
[3] Bolívar, A. (1996). Cultura escolar y cambio curricular. Bordón, 48 (2), Pp.6.

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